lunes, 4 de abril de 2011

El Valle de la Murta "Alzira"

Dedico esta ruta cultural a un paraje poco conocido para los valencianos, pero de un alto valor paisajístico y natural, situado en el municipio de Alzira (la Ribera Alta).


El Valle, está emplazado en la Serra Corbera, entre las sierras del Cavall y de la Murta, cerrando la amplia llanura de L’Albufera y el Júcar, muy próximo a los valles de La Casella y de Aigües Vives. A la belleza del conjunto, hay que sumar el valor paisajístico.El botánico Antoni J. Cavanilles, resaltó la gran cantidad de especies vegetales existentes en el valle (algunas únicas). La fuente, las balsas y el lago del antiguo monasterio, junto con su jardín, hacen de la Murta un lugar paradisíaco. 




La situación de este valle (situado entre peñascos y con una orientación idónea), lo convierten en un lugar de recogimiento y tranquilidad, muy bien elegido para aquellos que buscan la paz interior y el contacto directo con la naturaleza. Les invitamos a recorrer estos bellos y desconocidos parajes (atravesados por interesantes sendas y senderos) y también a descubrir una de las joyas monacales de nuestra provincia: el Monasterio de la Murta de Alzira.

Los inicios de la construcción, se situarían sobre los siglos XIV-XV, como consecuencia del reagrupamiento de algunos ermitaños dispersos por el valle (en un numero próximo a los once). 
El señor de Alzira Arnau Serra, previa autorización del Rey Pedro el Ceremonioso, les otorgó unas tierras en la Murta con la condición de formar una comunidad religiosa allí. Tras profesar en Jávea como monjes de la Orden de San Jerónimo, el Papa Gregorio XI, les concedió la licencia eclesiástica para fundar el monasterio. 
La comunidad nació bajo la protección del importante y cercano monasterio de Sant Jeroni de Cotalba (Alfauir), que enviaron al nuevo monasterio a su prior fray Domingo Lloret. Éste, y cinco hermanos más, comenzaron las obras del edificio. La construcción siguió las normas de la antigua congregación benedictina, dando prioridad al edificio destinado a iglesia y situando los restantes edificios alrededor del claustro. El conjunto arquitectónico ha sufrido diversas reformas, mención especial merece la ayuda de la familia Vich, ya que durante su patrocinio se construyó una nueva iglesia y la torre de las Palomas, para llegar a los siglos XVII y XVIII, momento en el cual se amplió y se mejoró el conjunto del cenobio.



Hasta el siglo XIX, fue un gran centro religioso y cultural, visitado por innumerables obispos, cardenales e inclusive reyes (como Felipe II). En 1835, se produce la segunda desamortización. Se puso así fin a la vida religiosa del monasterio, pasando éste a manos privadas, y produciéndose un rápido abandono y expoliación del recinto, convirtiendo aquel esplendoroso Monasterio de la Murta, en una ruina rodeada de exuberante naturaleza que la engulle. 
En 1989 el Ayuntamiento adquirió el paraje y en 1995 se iniciaron las labores de recuperación y acondicionamiento del lugar. Cabe resaltar, para concluir, que existen seis rutas o senderos que parten del monasterio o hacia el monasterio, recorriendo parajes de espectacular belleza como el Barranc Negre, las cimas del Cavall Bernat, la Creu del Cardenal, el impresionante Barranco de les Fontanelles o el castillo de Corbera.






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