viernes, 27 de mayo de 2011

"La Parábola de las Piedras"

Un experto asesor de empresas en gestión del tiempo, quiso sorprender a los asistentes en una de sus conferencias, y sacó del escritorio un frasco grande de boca ancha, lo colocó sobre la mesa, juntó a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y preguntó:

- ¿CUÁNTAS PIEDRAS PIENSAN QUE CABEN EN EL FRASCO?


Después de que los asistentes hicieran sus conjeturas, empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco, luego preguntó:

– ¿ESTÁ LLENO? 
Todo el mundo lo miró y asintió. Entonces sacó de debajo de la mesa un cubo con gravilla, metió parte de la gravilla en el frasco y lo agitó. Las piedrecillas penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes.
El experto sonrió con ironía y repitió:
– ¿ESTÁ LLENO?
Esta vez los asistentes dudaron; ¿Tal vez no?
¡Bien! – respondió el asesor - Y puso en la mesa un cubo de arena que comenzó a volcar en el frasco. La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y la grava.
– ¿ESTÁ LLENO? – preguntó de nuevo.
¡No! - Exclamaron los asistentes.
¡Bien! – dijo – y cogió una jarra de agua de un litro, 
que comenzó a verter en el frasco... El frasco aún no rebosaba.
Bueno, ¿Qué hemos demostrado? – Preguntó finalmente.
Un participante respondió: – “Que no importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan más cosas.”
– ¡NO! – concluyó el experto-:
“LO QUE ESTA LECCIÓN NOS ENSEÑA ES QUE SI NO COLOCAS LAS PIEDRAS GRANDES PRIMERO, NUNCA PODRÁS COLOCARLAS DESPUÉS”.
“¿CUALES SON LAS GRANDES PIEDRAS DE TU VIDA?”
“RECUERDA: PONLAS PRIMERO,
EL RESTO YA ENCONTRARÁ SU LUGAR”.

....Aquella charla “teórica” y de alto contenido técnico fue de gran utilidad para mí no sólo en el ámbito profesional y de los negocios; sino en lo que hace a la vida personal; a la vida “completa” que me tocó vivir.
La clave del “verdadero aprendizaje” en la vida está en la escucha atenta que debemos tener frente a los demás. Nunca sabemos en qué momento y circunstancia nos llega aquello que guardaremos en nuestro interior como una lección de vida.

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